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28/feb/11 01:18
Seguridad vial y sector del taxi
Se están dando actualmente en el desarrollo de este servicio público, una serie de situaciones gravísimas de seguridad vial que están poniendo en riesgo la vida de sus usuarios y la de sus profesionales. Es preciso tomar medidas extraordinarias y urgentes para que un conductor de este servicio público no pueda exceder diez horas de trabajo al día; aunque, casi el cien por cien, sobrepasamos las doce y catorce horas, día tras día; lo que deja bien claro para cualquier conductor es que se reduce la capacidad de respuesta al volante, y esto, es de por sí, una grave imprudencia y el que se esté propiciando una situación muy temeraria al jugarnos nuestras propias vidas y las vidas ajenas de nuestros pasajeros y de los usuarios de las vías públicas. Deberíamos ser más conscientes de esta grave situación.
Si un agente de la Policía Local nos está viendo un día tras otro roncando en una parada de taxis, debiese ser este un motivo para que se le invite a retirarse de una parada pública. He presenciado cómo un compañero en un semáforo en rojo junto con su vehículo se desplazaron sin control mientras él permanecía al volante completamente dormido. Si no hubiésemos llegado a coincidir ese día y no le hubiese despertado con unos bocinazos, habría ocurrido una desgracia.
Otra situación que es muy grave es el estado, muy deficiente, en el desgaste de los neumáticos; esto es algo que se puede apreciar con un simple vistazo y también debería ser otro motivo para invitarnos nuestros agentes a retirarnos del servicio, hasta que se subsanen estas condiciones de alto riesgo. Estas dos observaciones, pese a quien le pese, si a alguien le puede ofender, son menos perjudiciales que la pérdida de una sola vida.
Nuestras arcas públicas no se encuentran en el mejor momento para invertir en el sector del taxi, para un rescate obviamente necesario por un exceso de licencias. Pero sí tienen hoy la oportunidad idónea para demostrarnos nuestros políticos que este sector no les es del todo indiferente, haciendo alusión a las promesas de don Paulino Rivero cuando declaró hace más de un lustro que se iba a permitir que el taxi contase con el mismo precio en el combustible que el que se dispensa al servicio de guaguas.
Otro punto que es vital es que nuestro consejero del Cabildo, como coordinador del área para la Seguridad y Movilidad, don Carlos Ernesto Alonso Rodríguez, que efectúe prioritariamente los estudios pertinentes para la viabilidad de una readaptación de la tarifa urbana que unifique al municipio de Santa Cruz de Tenerife, al tener consolidados unos derechos demográficos y democráticos evidentes para que esto se pueda llevar a un buen fin, en beneficio no sólo del sector del taxi, esto también supone un importante ahorro para muchos de los ciudadanos, sin un servicio nocturno de guaguas.
Asimismo, junto con la idea del Cabildo de crearse una zona metropolitana en un futuro se debería incluir en la misma zona común de tarifa, a los municipios de Güímar y de Arafo, por su intercomunicación con la capital y con el resto de los municipios.
Todos sabemos lo que supone ser una prioridad social; estos estudios y su consenso son prioritarios y urgentes, puesto que de ellos depende una movilidad agilizada, que repercute en varios ámbitos, ofertando un mayor abanico de posibilidades para los desplazamientos de sus residentes, en la reducción del tráfico rodado del vehículo particular, en el ahorro económico que esto supone para toda la población, en una propulsión dinámica y económica para el sector del taxi. Los pasos burocráticos para que todo esto sea una realidad pueden llegar a ser interminables.
Permítame sugerirle que forme usted mismo, como máximo responsable del Cabildo, Carlos Ernesto, una comisión específica para que estas readaptaciones se puedan realizar en pocos meses, y no a muchos años vista, como suele ocurrir con otros casos menos prioritarios.
Antonio García Luis
Miguel se mueve, ¿y tú?
Seguridad vial y sector del taxi
Se están dando actualmente en el desarrollo de este servicio público, una serie de situaciones gravísimas de seguridad vial que están poniendo en riesgo la vida de sus usuarios y la de sus profesionales. Es preciso tomar medidas extraordinarias y urgentes para que un conductor de este servicio público no pueda exceder diez horas de trabajo al día; aunque, casi el cien por cien, sobrepasamos las doce y catorce horas, día tras día; lo que deja bien claro para cualquier conductor es que se reduce la capacidad de respuesta al volante, y esto, es de por sí, una grave imprudencia y el que se esté propiciando una situación muy temeraria al jugarnos nuestras propias vidas y las vidas ajenas de nuestros pasajeros y de los usuarios de las vías públicas. Deberíamos ser más conscientes de esta grave situación.
Si un agente de la Policía Local nos está viendo un día tras otro roncando en una parada de taxis, debiese ser este un motivo para que se le invite a retirarse de una parada pública. He presenciado cómo un compañero en un semáforo en rojo junto con su vehículo se desplazaron sin control mientras él permanecía al volante completamente dormido. Si no hubiésemos llegado a coincidir ese día y no le hubiese despertado con unos bocinazos, habría ocurrido una desgracia.
Otra situación que es muy grave es el estado, muy deficiente, en el desgaste de los neumáticos; esto es algo que se puede apreciar con un simple vistazo y también debería ser otro motivo para invitarnos nuestros agentes a retirarnos del servicio, hasta que se subsanen estas condiciones de alto riesgo. Estas dos observaciones, pese a quien le pese, si a alguien le puede ofender, son menos perjudiciales que la pérdida de una sola vida.
Nuestras arcas públicas no se encuentran en el mejor momento para invertir en el sector del taxi, para un rescate obviamente necesario por un exceso de licencias. Pero sí tienen hoy la oportunidad idónea para demostrarnos nuestros políticos que este sector no les es del todo indiferente, haciendo alusión a las promesas de don Paulino Rivero cuando declaró hace más de un lustro que se iba a permitir que el taxi contase con el mismo precio en el combustible que el que se dispensa al servicio de guaguas.
Otro punto que es vital es que nuestro consejero del Cabildo, como coordinador del área para la Seguridad y Movilidad, don Carlos Ernesto Alonso Rodríguez, que efectúe prioritariamente los estudios pertinentes para la viabilidad de una readaptación de la tarifa urbana que unifique al municipio de Santa Cruz de Tenerife, al tener consolidados unos derechos demográficos y democráticos evidentes para que esto se pueda llevar a un buen fin, en beneficio no sólo del sector del taxi, esto también supone un importante ahorro para muchos de los ciudadanos, sin un servicio nocturno de guaguas.
Asimismo, junto con la idea del Cabildo de crearse una zona metropolitana en un futuro se debería incluir en la misma zona común de tarifa, a los municipios de Güímar y de Arafo, por su intercomunicación con la capital y con el resto de los municipios.
Todos sabemos lo que supone ser una prioridad social; estos estudios y su consenso son prioritarios y urgentes, puesto que de ellos depende una movilidad agilizada, que repercute en varios ámbitos, ofertando un mayor abanico de posibilidades para los desplazamientos de sus residentes, en la reducción del tráfico rodado del vehículo particular, en el ahorro económico que esto supone para toda la población, en una propulsión dinámica y económica para el sector del taxi. Los pasos burocráticos para que todo esto sea una realidad pueden llegar a ser interminables.
Permítame sugerirle que forme usted mismo, como máximo responsable del Cabildo, Carlos Ernesto, una comisión específica para que estas readaptaciones se puedan realizar en pocos meses, y no a muchos años vista, como suele ocurrir con otros casos menos prioritarios.
Antonio García Luis
Miguel se mueve, ¿y tú?