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La seguridad en el tranvía, no es solamente para tenerla en cuenta en los carnavales.
La seguridad es evitarnos accidentes reduciendo su camuflaje. Se ha demostrado, que en la vía publica es un peligro para todos los vehículos. Incluso ha ocasionado destrozos a nuestras propias guaguas. Teniendo en cuenta que sus conductores son de los mejores cualificados. El campo de visión desde el asiento de una guagua, es muy superior a la visibilidad que se tiene desde la posición del asiento de cualquier turismo. Peatones atropellados con graves mutilaciones, otros desgraciadamente con un final mortal. Son más de tres las personas fallecidas, entre ellas una criatura. Esto sí es, inseguridad.
La aptitud irresponsable que han adoptado, tanto la Metropolitana como nuestro Cabildo, al ocultar a la luz pública estos hechos, demuestran no ser consecuentes, ni se inculpan como los responsables de su alto grado de peligrosidad. De nada sirve decir que el tranvía tiene preferencia de paso. El tranvía carece totalmente de unas medidas persuasorias con vallas para la seguridad peatonal. No tiene ninguna medida destacable para hacerse más visible. El mutismo para evitar una mala imagen, es lo mismo que lo que hace un avestruz cuando mete su cabeza en la arena. Unas únicas imágenes aisladas, han sido suficiente para que podamos apreciar en algo lo que puede ser la punta de un iceberg de los accidentes, que se nos ocultan diariamente. Esas imágenes han sido la causa de una alarma social, emitiéndose en las cadenas de televisión de toda España. Estos y otros hechos han sido “silenciados” desde sus inicios, para no dañarse su inmaculada imagen progresista. Esas imágenes no son nada, comparadas a ver los restos humanos triturados entre sus ruedas. Eso sí que nos tiene que preocupar seriamente.
Por todo ello, se hace necesario recordarles a los responsables de la Seguridad ciudadana. ¡Que no se han tomado ni se están tomando las medidas pertinentes para paliar esta continua situación de inseguridad!. ¡Ni se advierten cambios, para evitar más accidentes!. No es suficiente una medida preventiva, anunciándonos un gran despliegue policial en estos carnavales, para contener castigando si fuese preciso por la fuerza a los que no cumplan las normas. Siempre se escapa algún porrazo, a personas inocentes.
Una medida de seguridad preventiva, es colocar las vallas en todo el trayecto del tranvía para evitar sobre sus vías el tránsito de las personas. Otra medida de seguridad preventiva, es la colocación de espejos en las salidas de las calles estrechas, en las muchas curvas y en las rotondas sin visibilidad. De los semáforos, nadie se puede fiar, no siempre funcionan correctamente y cuando éstos sí funcionan, nunca se puede evitar un imprevisible atasco sobre estas vías, ni una avería repentina de un coche. Hay que felicitar muy positivamente a los conductores de las unidades del tranvía, que son unos excelentes profesionales y nos evitan de muchos accidentes, cuando todos los demás les invadimos su espacio incorrectamente. Se debería eliminar el pulsador interior de los vagones, que activa el bloqueo de emergencia de los frenos del tranvía, esto evitaría sumar más heridos a la lista, de los que ya se han producido en carnavales anteriores.
Los frontales, deberían ser de color claro y fluorescente. Los faros tienen un foco muy débil, con luz de gas xenón serian mucho más visibles. Por la longitud del tranvía pudiera contar con unas luces de posición fijas en sus laterales, son las obligatorias en los vehículos largos. Su prioridad no está señalizada como las de los vehículos de emergencias, con unas luces giratorias se haría destacar. Se nos aparece de repente, sin saberse por dónde nos llegará, oímos solamente las campanas de un tranvía camuflado, es la única advertencia que tenemos, no todo el mundo tiene sus facultades auditivas perfectas. Su circulación fuera de servicio se efectúa a oscuras, como la de un fantasma.
Antonio García Luis 670 554 827
Santa Cruz de Tenerife a, 10 de febrero de 2011
La seguridad es evitarnos accidentes reduciendo su camuflaje. Se ha demostrado, que en la vía publica es un peligro para todos los vehículos. Incluso ha ocasionado destrozos a nuestras propias guaguas. Teniendo en cuenta que sus conductores son de los mejores cualificados. El campo de visión desde el asiento de una guagua, es muy superior a la visibilidad que se tiene desde la posición del asiento de cualquier turismo. Peatones atropellados con graves mutilaciones, otros desgraciadamente con un final mortal. Son más de tres las personas fallecidas, entre ellas una criatura. Esto sí es, inseguridad.
La aptitud irresponsable que han adoptado, tanto la Metropolitana como nuestro Cabildo, al ocultar a la luz pública estos hechos, demuestran no ser consecuentes, ni se inculpan como los responsables de su alto grado de peligrosidad. De nada sirve decir que el tranvía tiene preferencia de paso. El tranvía carece totalmente de unas medidas persuasorias con vallas para la seguridad peatonal. No tiene ninguna medida destacable para hacerse más visible. El mutismo para evitar una mala imagen, es lo mismo que lo que hace un avestruz cuando mete su cabeza en la arena. Unas únicas imágenes aisladas, han sido suficiente para que podamos apreciar en algo lo que puede ser la punta de un iceberg de los accidentes, que se nos ocultan diariamente. Esas imágenes han sido la causa de una alarma social, emitiéndose en las cadenas de televisión de toda España. Estos y otros hechos han sido “silenciados” desde sus inicios, para no dañarse su inmaculada imagen progresista. Esas imágenes no son nada, comparadas a ver los restos humanos triturados entre sus ruedas. Eso sí que nos tiene que preocupar seriamente.
Por todo ello, se hace necesario recordarles a los responsables de la Seguridad ciudadana. ¡Que no se han tomado ni se están tomando las medidas pertinentes para paliar esta continua situación de inseguridad!. ¡Ni se advierten cambios, para evitar más accidentes!. No es suficiente una medida preventiva, anunciándonos un gran despliegue policial en estos carnavales, para contener castigando si fuese preciso por la fuerza a los que no cumplan las normas. Siempre se escapa algún porrazo, a personas inocentes.
Una medida de seguridad preventiva, es colocar las vallas en todo el trayecto del tranvía para evitar sobre sus vías el tránsito de las personas. Otra medida de seguridad preventiva, es la colocación de espejos en las salidas de las calles estrechas, en las muchas curvas y en las rotondas sin visibilidad. De los semáforos, nadie se puede fiar, no siempre funcionan correctamente y cuando éstos sí funcionan, nunca se puede evitar un imprevisible atasco sobre estas vías, ni una avería repentina de un coche. Hay que felicitar muy positivamente a los conductores de las unidades del tranvía, que son unos excelentes profesionales y nos evitan de muchos accidentes, cuando todos los demás les invadimos su espacio incorrectamente. Se debería eliminar el pulsador interior de los vagones, que activa el bloqueo de emergencia de los frenos del tranvía, esto evitaría sumar más heridos a la lista, de los que ya se han producido en carnavales anteriores.
Los frontales, deberían ser de color claro y fluorescente. Los faros tienen un foco muy débil, con luz de gas xenón serian mucho más visibles. Por la longitud del tranvía pudiera contar con unas luces de posición fijas en sus laterales, son las obligatorias en los vehículos largos. Su prioridad no está señalizada como las de los vehículos de emergencias, con unas luces giratorias se haría destacar. Se nos aparece de repente, sin saberse por dónde nos llegará, oímos solamente las campanas de un tranvía camuflado, es la única advertencia que tenemos, no todo el mundo tiene sus facultades auditivas perfectas. Su circulación fuera de servicio se efectúa a oscuras, como la de un fantasma.
Antonio García Luis 670 554 827
Santa Cruz de Tenerife a, 10 de febrero de 2011